“Francisco, hijo de una madre soltera que creció judío en una sociedad católica en Chile y encontró en la ingeniería un paraíso seguro y también un divertido juego con el que obsesionarse. Es el primer emprendedor chileno en vender una startup en Silicon Valley. Anteriormente analista de hedge funds, dirigió la ingeniería de Groupon durante cinco años para desarrollar su sistema comercial. Fue inversor de riesgo y ahora dedica todo su tiempo a pensar en los rompecabezas de ingeniería de Topsort”. Aquello se lee en la página de la startup Topsort sobre su fundador, el ingeniero civil y magíster en Física Francisco Larraín, más conocido como Wicha.
Tras egresar de Ingeniería Civil en la UC -donde obtuvo el mejor promedio de la generación-, fue contactado por Sebastián Piñera para trabajar con él en Bancard, su family office (hoy se llama Inversiones Odisea). Salió de ahí el 2007 -donde dice que se convirtió en un experto de análisis- para estudiar un MBA en Stanford, donde Larraín se hizo amigo del estadounidense Lee Linden. Por esos años Steve Jobs anunció la creación del iPhone y posteriormente App Store. “Ahí dijimos, ‘esto va a ser gigante’, y nos pusimos a hacer juegos para celular, uno de ellos se llamó Tap Defense y llegó a ser el número uno del App Store, lo que nos daba una gran cantidad de plata de pura publicidad”, recuerda Larraín.
Se dieron cuenta de que existía una gran oportunidad para advertising en celulares. Así, desarrollaron la tecnología que inventó el modelo publicitario de juegos de celular, en el que para recibir más créditos o tener una mejora en el juego, el usuario debía ver una publicidad. La empresa se llamó Tapjoy y a los pocos años se la vendieron a Offerpal Media.
En 2010 vio una oportunidad en las tarjetas de crédito y fundó Zappedy, una empresa de tecnología de pagos que logró realizar integraciones con varios bancos norteamericanos para crear una plataforma que permitía a las empresas locales comercializar en línea, llegar a sus clientes y hacer un seguimiento de sus compras fuera de línea.
Un año después esta startup fue adquirida por Groupon en más de US$ 10 millones de dólares y Larraín se convirtió en el jefe de ingeniería mundial de la empresa. Además, es inversionista de firmas como SpaceX, Reddit, Betterfly, Babytuto, Examedi, Lyft y Freshworks. A pesar de esto, dice que no le gusta ser inversionista porque “es una profesión en la que últimamente el objetivo es ganar dinero”.
Topsort
Hoy -dice Larraín desde su casa en California- su foco está 100% en Topsort, la startup de advertising que fundó hace tres años con el profesor de Stanford Michael Ostrovsky. El académico es doctor de Harvard, ha encabezado investigaciones económicas con premios Nobel como Paul Milgrom y Alvin Roth y escribió el paper que sentó las bases de la publicidad en internet. Ha asesorado a empresas como Yahoo, Google, LinkedIn y Pinterest.
“Ostrovsky me dijo, ‘he ayudado a la gente a armar todos estos sistemas de advertising y me he dado cuenta de que siempre cometen los mismos errores, los mismos problemas y gastan cientos de millones de dólares en tratar de arreglarlo. Y siento que no hay nadie que haya armado esta cuestión desde el principio’”, recuerda Larraín.
Veían que el tema de la privacidad de datos estaba haciendo ruido en el mundo y se preguntaron “¿Cómo armar algo que no necesite privacidad ni cookies?” Sumaron a la norteamericana Regina Ye (25) como CEO y desarrollaron una tecnología que -dicen- hoy es única en el mundo. Están presentes en 35 países, y de hecho, Larraín viene aterrizando de un viaje a Nueva Zelanda y Australia.
Trabajan 50 personas en la empresa y a principios de este año cerraron una serie seed de US$ 8 millones con inversionistas internacionales como Pear Ventures, Quiet Capital, FJ Labs, Micky Malka (de Ribbit Capital), Lydia Jett (de SoftBank), Akhil Paul, Comma VC e inversionistas ángeles, lo que los valorizó en US$ 110 millones.
“Hemos logrado armar un sistema que es como el David vs Goliat del advertising. Somos percibidos como el líder mundial en infraestructura de advertising y somos los únicos que somos limpios. Eso es lo que nos caracteriza, que no tenemos cookies ni nada”, asegura Larraín, quien cuenta que entre sus clientes locales están Cencosud, Glovo, Joker, Babytuto, Superzoo, Poshmark y Liquidos.cl.
Tecnología creada por chilenos
Lo que más le enorgullece a Larraín es que esta tecnología ha sido creada mayoritariamente por chilenos: con ello quiere demostrar que desde Chile se pueden crear grandes empresas y productos.
Hace tres semanas uno de sus clientes fue adquirido por Naver, el buscador más grande de Corea, uno de los países más sofisticados en tecnología del mundo. Emocionado, el chileno relata que los coreanos fueron a San Francisco a reunirse con los fundadores de Topsort porque “se sacaban los pelos para entender cómo resolvimos el problema de las cookies y la privacidad”.
Aunque dice tener pocos vínculos con emprendedores chilenos, coincidió con los fundadores de Cornershop en Groupon, es director de Maxxa, uno de los mentores de Ian Lee y amigo de Eduardo della Maggiora, a quien admira.
Dice que con la edad (bordeando los 40 años) se ha dado cuenta de que uno de sus mayores logros ha sido crear buenos equipos, algunos de los que trabajaron en Groupon junto a él son: Michael Mac-Vicar, fundador del unicornio brasileño WildLife; Andrés Ugarte, CEO de la fintech Copilot, y Brad Griffith, CEO del unicornio Gametime, entre otros.
Es un convencido de que en Chile hay buenos ingenieros pero falta experiencia en desarrollo de productos y crear una industria de alta tecnología.
Paul Graham
Los más de 15 años viviendo en Silicon Valley le han traído nuevas amistades y redes. Uno de ellos es el fundador de Y Combinator, Paul Graham.
Larraín cuenta entre risas que lo conoció porque un día estaba con su hijo llegando al jardín y “un señor empezó a hablarle como Pato Donald. Me di vuelta y era Graham”. El inversionista también era apoderado del establecimiento educacional y desde entonces intercambian mails cada cierto tiempo.
Aunque prefiere no revelar nombres, el emprendedor ha generado vínculos con otros reconocidos fundadores de startups de la zona. “Imagínate que estás en un lugar como Los Andes (es oriundo de allá), donde viven 60 mil personas, entre ellos Larry Page, Mark Zuckerberg, Tim Cook. Obviamente, en 16 años empiezas a conocer a algunos de estos personajes”, destaca.
Cómo anécdota, cuenta que hace unos días su socio le contó que venía de un asado de la casa de Larry Page (fundador de Google), porque sus hijos son compañeros de colegio.