La historia detrás de Bazooka, el chicle «patriota» que se hizo conocido por sus tiras cómicas

Salió al mercado hace más de 70 años, pero recién consiguió popularidad con la creación de Bazooka Joe.

La familia Shorin es responsable de una de las golosinas más conocidas del mercado, el famoso «chicle con chiste». Muchos recuerdan al Bazooka acompañado de una pequeña tira cómica, sin embargo esta no fue la primera idea de la empresa para salir a ganar el mercado dulce.

En 1891 Morris Shorin emigró desde Rusia a los Estados Unidos. Ahí fundó American Leaf Tobacco Company, que se dedicaba a importar tabaco para luego vendérselo a las principales empresas del rubro en el mercado estadounidense. Shorin logró hacer crecer su negocio y durante varios años se mantuvo en alza, pero a fines de los 30 los números empezaron a caer. Entonces sus cuatro hijos, Joseph, Ira, Philip y Abram, decidieron darle un giro de 180° a la empresa familiar.

Los jóvenes Shorin veían que los cigarrillos industriales estaban ganándole lugar a los cigarros, que eran uno de sus principales focos. Encontraron una manera de aprovechar la red de distribuidores que ya habían cosechado en la industria del tabaco y lanzaron su negocio de fabricación y venta de gomas de mascar. Además, también pusieron un pie en la comercialización de tarjetas coleccionables de béisbol, las cuales muchas veces venían de la mano con la venta de paquetes de tabaco.

UNA GOLOSINA POR UNA MONEDA

Al principio, en 1938, vendían tabletas de chicles por un centavo y rebautizaron a la compañía como Topps Chewing Gum a partir de una marca de golosinas que habían adquirido. Si bien su producto se vendía bien, el líder del segmento era Dubble Bubble, de Fleer. Necesitaban crear una marca estrella que los situara en la cima y en 1947 apareció Bazooka.

La empresa capitalizó el patriotismo de la posguerra y lanzó una etiqueta cuyos colores imitaban los de la bandera estadounidense. A su vez, el nombre de la marca hacía referencia no solo a un instrumento creado por el cómico Bob Burns en 1910, sino que también estaba íntimamente ligado al lanzacohetes utilizado por las fuerzas de los Estados Unidos durante el conflicto bélico.

CHICLES CON SORPRESA

A partir de 1948 sumaron tarjetas coleccionables junto a los paquetes de chicles, pero el gran salto se dio en 1951 con las imágenes de jugadores de béisbol. Todo surgió a partir de una sugerencia a Abram Shorin por parte de uno de sus sobrinos. Esto hizo despegar las ventas de Bazooka, aunque todavía faltaba una novedad más.

En 1953 modificaron el packaging de los chicles para que pudieran incluir una pequeña tira cómica. El protagonista de la historia era Bazooka Joe, un joven rubio de gorra y parche que vivía una aventura diferente en cada goma de mascar.

Topps desarrolló con fuerza ambos verticales de negocio, las golosinas y las tarjetas coleccionables. Y Bazooka no fue su único lanzamiento porque poco después también presentó otras marcas conocidas, como Ring Pops y Push Pops. Incluso su marca insignia de chicles tuvo algunas novedades, entre ellas una versión en tubo que solo duró cinco años en el mercado.

CAMBIO DE MANOS

La empresa salió a la Bolsa en 1972 y doce años después volvió a ser una sociedad privadas tras la adquisición por parte de Forstmann Little & Company. En 1987 volvió a ser una compañía pública, esta vez bajo el nombre The Topps Company. Los Shorin continuaron al mando durante todo ese lapso, sin embargo, los inversores no estaban contentos con el rumbo de sus negocios.

Algunos accionistas creían que la familia fundadora no estaba llevando bien las riendas de la compañía. El directorio analizó la posibilidad de escindir su vertical de golosinas y venderlo. Finalmente, en 2007 The Tornante Company, cuyo fundador es Michael Eisner, exCEO de Disney, y Madison Dearborn Partners se quedaron con Topps por u$s 385 millones.

En 2022 Fanatics compró el negocio de tarjetas coleccionables de Topps. Por su parte, su unidad de golosinas se separó del holding y pasó a llamarse The Bazooka Companies.

BAZOOKA EN ARGENTINA

La marca está presente en la Argentina desde 1957 cuando la nacional Stani consiguió la licencia para venderlo en el país. En ese momento, tanto Stani como Topps eran compañías familiares por lo que tenían una buena relación. Pero esto cambió en los 90.

Stani adquirió el portafolio de Adams y se fusionó con Cadbury Schweppes. Topps había autorizado a la firma a explotar Bazooka hasta 1996 y tres años después de vencido el plazo le inició una acción judicial. La empresa estadounidense aseguraba que su socia argentina no contaba con la venia para «usar la tecnología necesaria para fabricarlos».

Tras un largo proceso, en 2006 la Justicia falló a favor de la compañía local. La marca luego pasó a ser comercializada por Mondelez y ahora está en manos de Georgalos desde mediados de 2022.



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